Para los niños (aunque también para los adultos) es muy importante tener unas rutinas, unos hábitos y lo bueno, lo divertido y lo fascinante de tener un niño es que puedes crearlos desde cero.
Los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional en los niños, lo cual es muy importante para su educación y para ir formando su propia personalidad.
La repetición de los actos cotidianos forman hábitos y la repetición de los hábitos forman virtudes.
En una próxima entrada os hablaré de la importancia de establecer unas rutinas y unos hábitos, pero hoy quería centrarme en una de las que hemos introducido hace muy poquito y de la que (sinceramente) estoy muy orgullosa.
Regar las flores, crear un jardín, tener una responsabilidad
Íbamos en el coche de vuelta a casa, y como siempre quiere regar las plantas del restaurante me paré en una jardinería que hay cerca . Las plantas las eligió Nerea (las petunias). Eligió tres colores diferentes, una para mamá, otra para papá y las rosas para ella (¡mi color favorito mamá!).
Para que se implique en lo que me da por «inventar» siempre la dejo o elegir algo. Yo elegí el tipo de planta porque sabía que no eran difíciles de cuidar y tendrían muchas flores, pero ella eligió cuales.
Fuimos a un hiperchino, elegimos la cajita, una regadera y un trozo de césped y ¡a crear nuestro jardín!
Al principio cada día le decíamos que había que regarlas. Pasada una semana ya era ella la que iba a mirarlas, las riega, toca y habla.
Si se olvida un día se da cuenta de que ¡están tristes! Las riega y se queda con ellas.
Esta muy orgullosa del jardín de la familia y le encanta que le hagamos fotos. Como podéis ver hemos ido añadiendo plantas que había en casa o que hemos traído. No solo se divierte cuidándolas, si no que se ha creado ella misma una responsabilidad y se da cuenta de que está creando algo. Se pone muy contenta cada vez que ve que hay más flores.
Las que creemos que van a dar mejor resultado son las Verdolagas, que es una planta grasa con muchas flores, que aguanta bien el sol y no necesita de muchos cuidados. Las petunias sé que en otoño desaparecerán, pero aprovecharemos la vuelta a nuestro piso (ahora estamos en un apartamento pasando el verano) para explicarle a Nerea porqué no se vienen con nosotros.
¿Alguien se anima? Aceptamos propuestas e ideas de nuevos «inventos» y rutinas.
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